KREMBLOW, EL CHICO DE LA CAJA

Habia una vez una pareja integrada por un chico llamado Ramón, que era alto, musculoso y se preocupaba mucho por Rosa, una chica petisa, delgada, creativa e inteligente.
Un día por la mañana ellos estaban desayunando unas ricas tostadas con huevo frito y de repente sonó el teléfono. Ramón se levantò y atendió. Era la mamà de Rosa que le contaba que se había muerto su padre. Al instante, Ramón se lo comunicó a Rosa y ella se puso muy triste y angustiada.
Al día siguiente, fueron a su funeral en el cementerio de Rosewood, era muy tenebroso y escalofriante. Al llegar, los recibió la mamà de Rosa y los llevò a la tumba donde habían sepultado al padre. Cuando estaban dejando las flores sobre la lápida, junto a ella encontraron una caja que no paraba de temblar. Esto les causò miedo y se fueron rápidamente a su casa.
Cuando llegaron, se encontraron con la misma caja que estaba en el cementerio, pero esta vez no temblaba. Rosa se llenò de curiosidad y la quiso abrir, pero Ramón le dijo que no, que por las dudas la abriría él. No encontraron màs que un lindo y brilloso fondo azul, entonces entraron y la pusieron en un estante.
Se hizo de noche, y Ramón tenìa una cena con sus amigos de la infancia. Él se sentía mal porque no quería dejarla sola a Rosa. Ramón era muy bueno y atento con ella, por lo que se quiso quedar; pero Rosa le insistió para que fuera y terminò convenciéndolo. Ramón se bañò, se cambiò y se fue a la cena. Rosa se preparò una sopita, se puso una película en Netflix y de postre pidió helado.
Rosa estaba terminando de ver la película mientras comía el helado, cuando de repente escuchò ruidos extraños que provenían del ático. Rosa fue al ático y cuando estaba subiendo las escaleras, un ser extraño se le tirò encima y se la llevò a la fuerza al cementerio: era el monstruo de la caja, "Kremblow".
Se hicieron las doce de la noche y Ramón volvió de la cena. entrò a la casa y no encontró a Rosa. Empezó a buscarla desesperado por todos lados, pero no la encontró. Rápidamente se comunicó con la policía, los hospitales, empezó a preguntarles a los vecinos si la habían visto; pero nadie le respondía lo suficiente. Se le ocurrió la idea de hacer miles y miles de carteles con su cara con la leyenda: "Rosa Maneiro desaparecida, llamar al 155 742 836 144".
Eran las tres de la mañana, y cuando terminò de imprimir el ultimo cartel, saliò a pegarlos por toda la ciudad.
Estaba pasando con el auto por el cementerio de Rosewood y le pareció ver a Rosa. Desesperado, bajò del auto y entrò al cementerio, donde encontró a Rosa junto con el monstruo. Lucho contra él, pero no pudo vencerlo...
Estaba amaneciendo cuando Ramón se dio cuenta de que la luz del día debilitaba a Krenblow; entonces redobeò el esfuerzo y lo venció. Rosa y Ramón se fueron a su casa y vivieron felices para siempre.
 Fin

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